Esta noche vienen los Reyes Magos. Para mí es la noche más emocionante del año, y no sólo por los regalos, sino por todos lo que se vive en las horas previas a la "Cabalgata" y a las posteriores, hasta que uno consigue dormirse.
Mis reyes han conseguido que aún hoy, a mis 21 años siga emocionandome, como si fuese una niña otra vez. La sorpresa y la ilusión siguen muy vigentes en mi casa a pesar de que ya no quedan niños pequeños y eso es muy de agradecer.
Obviamente los sentimientos se multiplican por mil cuando hay niños en la familia, cuando se tienen hermanos pequeños, sobrinos o hijos. Entonces se espera este momento con ansiedad y se disfruta incluso más que los pequeños.
Me da un poco de pena esa gente que no es capaz de olvidar los prejuicios y las "vergüenzas" para desgañitarse pidiéndole caramelos a la Estrella de la Ilusión, a Melchor, a Gaspar o a Baltasar. Yo lo hago, me divierto, pido caramelos y me tiro a recogerlos, bailo con los beduinos...y verdaderamente es un ejercicio que recomiendo a todos aquellos que este perdiendo la ilusión.
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