domingo, septiembre 28, 2008

Si el tiempo lo permite...

Estamos teniendo un veranillo del membrillo bastante atípico, no para de llover. Y esto ha traído sus consecuencias "taurinas". La corrida de ayer de San Miguel de la Maestranza se suspendió, y la de hoy más de lo mismo.

Era poco antes de las 6 en la tarde de ayer, ya no llovía, los matadores, las cuadrillas y el presidente salieron al ruedo para ver en que estado se encontraba, y poco después de la hora a la que se debía de haber comenzado el festejo, se paseaba por el callejón la tablilla que anuncia la suspensión: "Por unanimidad de los espadas, SUSPENDIDA".

A la gente no le hizo mucha gracia y el albero se lleno de almohadillas.

La verdad es que da mucha pena cuando se suspende una corrida de toros por problemas meteorológicos. Uno va a la plaza con toda la ilusión de ver una buena tarde de toros, y al final se tiene que volver sin ver nada.

Es decepcionante y frustrante, pero forma parte de la magia de la Fiesta. Es suspense desde que se concibe la terna y las ganaderías, hasta que se arrastra el último toro de la tarde. Pueden pasar infinidad de cosas. Se puede caer un torero del cartel, puede no aprobarse algún que otro toro, puede que haya una cogida, que haga viento y las faenas no sean lucidas, que salgan toros mansos...en fin es completamente imprevisible.

La fiesta es como la vida misma, es real y verdad. Uno va al teatro y ve la obra, porque es ficción, esta todo planeado. En cambio, en los toros, todo rito y tradición en su estructura, puede que veas lo más grande, que no veas nada,que veas una mansada o un despropósito completo.


Foto: www.mundotoro.com

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